Uno de los retos más grandes que tienen los maestros de los Estados Unidos hoy, es enseñar a una audiencia sumamente variada. Los estudiantes vienen de familias de muchas nacionalidades diferentes. Cada quien piensa y habla de una manera diferente. Nuestra nación ha vacilado entre assimilando a la gente de culturas diferentes y apoyándoles conservar sus identidades. Ahora bien, la homogeneidad de la cultura no es un sendero hacia la democracia verdadera. En mis clases los estudiantes se sentirán cómodos con sus propias identidades, hablarán con sus propias voces y todos aprenderán de los unos a los otros.